Lo mejor es que no se produzcan, pero si así fuera, es aconsejable conocer cuáles son las opciones en nuestro poder terminar dicha unión, si es que una mediación los cónyuges no es posible. Tenemos dos fórmulas de divorcio: el de clase contenciosa y de acuerdo.
Los 2 transcurren por la vía judicial, salvo el divorcio por Notario que veremos después. Ahora mismo, estudiaremos los aspectos diferentes entre los expuestos. Comenzando con el primer tipo, el contencioso, la nota fundamental es que la demanda tiene lugar aisladamente por un cónyuge.
Esto se produce porque el otro se oponga, o bien porque la petición se ha redactado de forma impulsiva sin su conocimiento. Al no llegar a acuerdo entre los esposos, generalmente estos juicios son extensos. En segundo lugar podemos encontrar el divorcio de mutuo acuerdo
En estas situaciones la demanda se presentará en cualquier caso de forma conjunta, lo que supone, los dos esposos a la vez. La idea de esta situación dichos esposos estén asistidos de un mismo abogado, ahorrando costes innecesarios.
También tienen diferencia del anterior en que es menos lento: Existe otra alternativa, que es el indicado divorcio notarial. Sin pretender ahondar en esta vía, queremos decir que este divorcio reduce bastante más la espera. Hoy en día el divorcio no es tan complicado como en otros tiempos. Anteriormente, se debía pedir la separación judicial como primera fase.
A día de hoy, no sería necesario: Dicho requisito cambió y ya se pide el divorcio sin más problemas. El requisito previo es que transcurran 3 meses desde dicho enlace.
Por eso, si hay una crisis que no se puede arreglar de forma personal entre los miembros de la pareja, lo ideal es pedir asesoramiento con un letrado. Las medidas que se recojan durante el juicio quedarán escritas en el Convenio Regulador.
Le ponemos a su disposición nuestros datos si está pasando por este caso y necesita asesoramiento.
